25 de septiembre de 2009

Es increible lo ciega que puede estar una persona. Cómo puede ser engañada a tal punto de no poder ver la realidad, a tal punto que cuando ésta aparece de golpe, cuando se pone frente a tus ojos, uno no entiende nada, no sabe para donde correr, hacia donde dirigirse.
Es increible cómo las personas pueden lastimar, sin que les importe las consecuencias, los daños que esto provoque. Cómo las personas engañan, y se engañan a si mismos, cegándose, sin permitirse ver las cosas como realmente son. Pero yo me pregunto ¿Quién es el más perjudicado de esa situación? y llegué a la conclusion que es el que engaña y se engaña, que no puede ver más allá de sus mentiras, no puede reconcer sus problemas, y mucho menos los errores que comete, sin ir mas lejos, puede ver mucho menos la realidad que el que es engañado. Y la mayor consecuencia de esto es que cuando sea capaz de enfrentarse a todo esto, cuando pueda abrir los ojos, ya va a ser demasiado tarde, tarde para cualquier tipo de arreglo, tarde para arrepentirse. Por eso desde cierto punto, prefiero ser aquella engañada y que ahora se siente lastimada, pero que al fin puede ver claramente la realidad, que puede aceptar sus errores, que sabe que sus actitudes fueron sinceras, a aquel que no reconoce sus equivocaciones, y mucho menos sus consecuencias. Aquel que no sabe valorar lo que tuvo, ni lo que tiene, aquel que tarde o temprano, va a tener que enfrentarse a su realidad, y eso, va a ser mucho peor que mi propio dolor.

Realmente, prefiero poder ver mis errores, reconocerlos, y aprender, a engañarme a mi misma, y crearme una realidad que no existe, porque al fin y al cabo, eso lastima mucho más.

El que no reconoce sus errores no aprende, y ese es problema.

By maRu.

2 comentarios:

  1. Alguna vez te dije qe siempre me gusta lo qe escribis? :)
    Te amo con toda mi alma AmigaMejor!

    ResponderEliminar
  2. Concuerdo con Dai...
    Es muy bueno lo qe está escrito...

    te quiero mucho!
    :)

    ResponderEliminar